FUNDAMENTACIÓN PARA LA TRANSDISCIPLINARIEDAD


Dra Rosa Hilda Lora M.

Dr en Filosofía: Sistemas Filosóficos Contemporáneos.

Dr en Filosofía de la Ciencia.

Asesor.

Atlantic International University, USA




Introducción.-

En los tiempos de la sociedad del conocimiento, de qué hablamos cuando nos referimos al siguiente concepto: “Epistemología de la transdisciplinariedad”.
De dónde surge la epistemología, de qué se ocupa, para qué nos interesa saber de ella en la sociedad mundializada, en la economía globalizada; a qué área del conocimiento corresponde; y de la transdisciplina: qué es.
Escuchamos hablar de disciplinas, de interdisciplinas; qué quieren decir todos estos términos, a qué conocimiento se refieren.
Estamos sí, en la revolución del conocimiento, pero hemos hecho tantos cambios, que ahora tenemos que hacer un alto, ante todo lo que hemos creado como sociedad, porque los resultados no nos llevan hacia el progreso y el bienestar como supuso la Ilustración. Nos preguntamos por qué el desarrollo que hemos alcanzado en la forma de hacer ciencia, en las aplicaciones de la misma, en la creación de bienes de consumo, en la forma de hacer el comercio, en la comunicación y en las relaciones humanas no ha generado calidad de vida.

Qué elementos son los que nos faltan, en qué hemos pasado los límites. Decimos con Delgado:
“Estamos sí, en una época de revolución en el conocimiento, que tiene consecuencias también revolucionarias en la vida material, y en los modos de pensar y actuar. Pero los cambios, no son únicamente positivos. Las consecuencias negativas y las incertidumbres son enormes. Como consecuencia, ahora tenemos que hacer un alto, ante todo lo que hemos creado como sociedad, porque los resultados no nos llevan hacia el progreso y el bienestar como supuso la Ilustración”. (Delgado 2010, s/n).
Como primera respuesta tenemos que la epistemología es una disciplina filosófica que se ocupa de la crítica a la producción de los conocimientos y en especial de los conocimientos científicos. La ciencia se ha convertido en el eje de la cultura contemporánea y por ser el motor de la tecnología ha venido a controlar indirectamente la economía de los países desarrollados, por lo que si se quiere tener una idea de la sociedad moderna hay que estudiar el mecanismo de la producción científica y la estructura y sentido de sus productos, de ahí la importancia de saber qué son los conocimientos, en especial el científico. La transdisciplina se refiere según Delgado a la forma en que organizamos los conocimientos. “El conocimiento transdisciplinario sería aquél que integra la diversidad de los saberes humanos y las formas de producir conocimientos; que intenta no desmembrar la red de relaciones a que pertenece aquello que se estudia; que intenta integrar las perspectivas que aportan las ciencias y otros saberes humanos, no científicos, en un nuevo conocimiento”. Delgado (2010 s/n).
La disciplina, la multidisciplina y la interdisciplina son otras formas de organización de los conocimientos. La disciplina, es la forma que se consolidó desde la modernidad, y se basa en la unidad de relación objeto-método. Consiste en delimitar un segmento de la realidad como entidad separada, elaborar métodos para estudiar esa realidad, y construir conocimiento en base a esa estrecha unidad de objeto-método. La interdisciplina, integra los métodos de una disciplina a otra, para utilizarlos allí en un nuevo campo. Y la multidisciplina, es la forma que utilizamos cuando trabajamos con varias disciplinas simultáneamente dentro de un programa de investigación, para entre todas, producir conocimiento integrado, acerca de ese asunto complejo que ninguna puede agotar por sí sola.
El conocimiento transdisciplinario se propone integrar el modo como se obtienen los conocimientos y el modo en que los seres humanos se benefician de él y al mismo tiempo, corregir las consecuencias que generaron la disciplina y la interdisciplina.
Para Nicolescu la visión transdisciplinaria es una perspectiva que propone considerar una realidad multidimensional estructurada en múltiples niveles, que sustituya la visión de una realidad unidimensional del pensamiento clásico. Esa realidad unidimensional clásica nos presenta al objeto, al sujeto y a lo sagrado de manera fragmentada. Campirán Salazar (2005).
Morin, sociólogo y filósofo francés trabaja en la integración de los elementos que constituyen la realidad desde su propuesta de la complejidad, donde hace crítica de la división de las disciplinas, de la importancia de la vida en sociedad, de la construcción de un mundo más humano y de considerar a la Tierra nuestro hogar.
En el presente ensayo explicaré qué es la epistemología, cómo ha sido el desarrollo de la ciencia moderna y las necesidades que la misma investigación ha generado; también la importancia de la transdisciplina, desde lo que la ciencia tiene como función: explicar, interpretar, relacionar y admitir el cambio desde las propias redes.
El objetivo general de este trabajo es explicar el conocimiento científico desde la necesidad de su integración como red de redes. Si alcanzamos un conocimiento científico donde predomine la integración de los saberes, tendremos una ciencia, que nos permitirá comprender, que somos parte de un mundo compuesto de diferentes elementos que funcionan como sistema de relaciones, en donde cada uno es importante sin menoscabo de los demás.
Como hipótesis sostengo: que nos encontramos en un momento de cambio fundamental, que no se reduce a los conocimientos, o a los conocimientos aislados. Hemos entrado en una época de cambios en los marcos conceptuales generales. Varios autores se han referido a esos cambios como de paradigmas científicos (el “paradigma” de Th. Kuhn), paradigmáticos en la ciencia y fuera de ella (la “paradigmatología” de E. Morin), en la forma social de construcción y aprobación de los conocimientos (el “contrato epistemológico y social” de J-L. LeMoigne), de la racionalidad clásica a ideales de racionalidad no clásica en la ciencia. Con independencia de los detalles terminológicos y conceptuales, todas estas propuestas nos permiten formular una hipótesis con respecto a la importancia de considerar en el nuevo marco conceptual (paradigmático, paradigmatológico, contractual, de ideales…) lo Cósmico y la Tierra Patria. (Delgado 2010).
Demostraremos que los ideales que incluyen lo Cósmico y lo planetario (la Tierra-Patria) constituyen elementos fundamentales del nuevo modelo, diferente de aquél que nos legara la ciencia moderna.

1.- Qué es la Filosofía.

“La filosofía nació como expresión de la razón crítica basada en nociones de universalidad, necesidad y rigor frente a creencias, mitos y supersticiones o conocimientos, que no resistían ciertas pruebas para su validación”. Logos (2005, p. 70).
Esta definición la proporciona José Antonio Dacal Alonso profesor investigador de la facultad de filosofía de la universidad La Salle.
“La filosofía, así pues, no existió desde siempre. Por el contrario, tuvo un primer acontecer en el tiempo. Es el tiempo humano y cultural de Grecia. La teoría acaeció, por primera vez, como evento histórico de la mente griega”. (Uña Juárez, 2000, p. 34).
Esta afirmación nos viene desde la Universidad Complutense de Madrid siguiendo una vieja concepción eurocéntrica, que considera como filosofía a la surgida en el mundo griego. Esta concepción es originada al considerar como científico el pensamiento que desarrollaron los hombres de esta cultura, en la antigüedad. Por más que analicemos otras posturas en relación al origen del pensamiento filosófico, los resultados se encaminan a relacionar: razón y filosofía en el mundo griego.
“Ya algunos griegos decían que la filosofía la recibieron de Oriente. De tal modo, que el mismo Diógenes Laercio hubo de mediar en la cuestión. Durante la edad media se pensó también que los caminos de la sabiduría –Minerva mirabilis- comienzan en Oriente, pasan a Grecia y Roma y desde allí atravesarán toda Europa”. (Uña Juárez, 2000, p. 135). A pesar del tiempo transcurrido y las críticas que ha recibido esta postura eurocéntrica, que desconoce la existencia de pensamiento filosófico y filosofía en otras culturas, como la india y la china, en los debates, en las investigaciones, en los foros occidentales, se sigue considerando que la filosofía es de origen griego.
“La palabra filosofía nos dice que la filosofía es algo que, por primera vez, determina la existencia del mundo griego. Y no sólo eso: la filosofía también determina el rasgo más íntimo de nuestra historia europea occidental. La expresión “filosofía europea occidental”, que se oye con tanta frecuencia, es en verdad una tautología. ¿Por qué? Porque la “filosofía” es griega en su esencia; griego significa aquí: la filosofía es, en el origen de su esencia, de tal naturaleza que precisó del mundo de los griegos, y sólo de este mundo, para iniciar su despliegue”. Heidegger (2004, pp. 34-35).
Los estudios que se han hecho después de esta afirmación de Heidegger nos permiten saber que es creciente el número de pensadores que reconocen el origen múltiple del pensamiento filosófico, en las tres culturas (griega, india y china), y se admite además el valor del concepto transicional de prefilosofía, para describir aquellos lugares, como Mesopotamia y Egipto, donde se llegó a los primeros pasos hacia un pensamiento filosófico sistematizado. Finalmente, los congresos de la Federación Internacional de Sociedades de Filosofía, que en los últimos años han sesionado fuera de Europa (Estambul, Seúl, y en África, han enfatizado la diversidad de orígenes del pensamiento filosófico universal.
En los últimos días Dussell presentó en México una obra colectiva, donde se defiende la autenticidad del pensamiento filosófico latinoamericano. Delgado (2010).
En la actualidad se presentan dos consecuencias muy interesantes de este sobredimensionamiento del pensamiento filosófico europeo.
En la filosofía angloamericana se suele ignorar aquella que proviene de Europa. Putnam ha señalado al respecto: “No puedo terminar sin mencionar una característica de la filosofía angloamericana que no habrá pasado desapercibida a ningún observador mínimamente informado: la exclusión de la “filosofía continental”. Las principales instituciones que otorgan los títulos de doctorado en filosofía raramente incluyen textos de Foucault o Derrida en sus cursos, y no hace mucho que se ha empezado a prestar atención a la obra de Jürgen Habermas, y aun así sólo en cursos de ética”. Putnam (2001, p. 50).

Y en el caso de la filosofía latinoamericana, por el contrario, nos encontramos ante el problema de la falta de reconocimiento a su existencia y autenticidad. Por eso incluso cuando se reconoce en diversos autores la presencia o aporte a un pensamiento filosófico, sistemáticamente se pone en duda su correlación con las realidades locales. Se le considera un pensamiento centrado en Europa o el mundo anglosajón, y se le niega validez propia. Al respecto dice Leopoldo Zea: “La autenticidad de nuestra filosofía no podrá, así, provenir de nuestro supuesto desarrollo, como tampoco le ha venido a la filosofía occidental, en cuyos creadores se hace ahora consciente la enajenación. Ésta vendrá de nuestra capacidad para enfrentarnos a los problemas que se nos plantean hasta sus últimas raíces, tratando de dar a los mismos la solución que se acerque más a la posibilidad de la realización del nuevo hombre”. Zea (2003, p. 113).

Existe, en el caso de México, el mantenimiento de una filosofía europea que no ha pasado de los sistemas de mediado del siglo XX. “La filosofía tiene, pues, en Hispanoamérica una posibilidad de ser auténtica en medio de la inautenticidad que la rodea y la afecta; convertirse en la conciencia lúcida de nuestra condición deprimida como pueblos y en el pensamiento capaz de desencadenar y promover el proceso superador de esta condición”. Salazar Bondy (2001, p. 89).

Podemos concluir entonces, que el problema del origen tiene consecuencias mucho más allá de la comprensión misma del o de los orígenes. Afecta las discusiones contemporáneas, la comprensión de qué entendemos por filosofía, y han generado posiciones epistemológicas diferentes sobre la ciencia y la comprensión de la realidad que ésta tiene por delante.

“¿Para qué la filosofía en la actualidad? La respuesta estándar, que encuentro a mano, es ésta: vivimos en un mundo que se torna cada vez más complicado, que de un modo acelerado se desorienta cada vez más. Por eso aumenta mi creencia que es necesaria una orientación. Y la filosofía, si la entiendo bien, tiene que ver con esa orientación básica”. Boehm (2002, p. 18).
Considerando a la filosofía o no como ciencia, pensando en la filosofía como un saber en crisis; la misma sigue dando respuestas al mundo de las ciencias.
“La palabra filosofía forma parte, por así decirlo, de la partida de nacimiento de nuestra propia historia; incluso podríamos decir que forma parte de la partida de nacimiento de la actual época de la historia universal que llamamos era atómica”. Heidegger (2004, pp. 36-37). La filosofía explica por qué la cultura actual se ha orientado de manera muy distinta al desarrollo científico alcanzado.
Necesariamente la filosofía es partida de nacimiento de la cultura actual porque fue la que nos enseñó el tipo de pensamiento que constituye la ciencia que tenemos y la que generó las aportaciones que crearon la sociedad en que vivimos.
En la tradición occidental la expresión filosofía puede documentarse por primera vez en Heráclito (Diels: fragmento 55).
Qué es la filosofía; presentamos definiciones de lo que han dicho pensadores que se consideran han hecho una gran aportación en el área.

“4.112. El objetivo de la filosofía es la clarificación lógica de los pensamientos.
La filosofía no es una doctrina, sino una actividad.
Una obra filosófica consta esencialmente de aclaraciones.
El resultado de la filosofía no son “proposiciones filosóficas”, sino el que las proposiciones lleguen a clarificarse. La filosofía debe clarificar y delimitar nítidamente los pensamiento que de otro modo son, por así decirlo, turbios y borrosos”. Wittgenstein (2002, p. 65).
Esta definición la ofrece uno de los grandes dentro de la filosofía de la época contemporánea. Nos dice que la filosofía tiene como función aclarar, aclarar diríamos sobre todo lo que el hombre considera importante para sí.
Seguimos analizando definiciones de filosofía y lo común es que debe aportar aclaración al pensamiento del hombre, en ese tipo de pensamiento que es el pensamiento racional y al que llamamos logos.
“¿Qué papel puede jugar la filosofía en el momento en que la humanidad ha alcanzado la posibilidad técnica de una destrucción total del planeta? ¿Cuál es la tarea propia del pensar en la era atómica? ¿Cómo liberarnos de la opresión técnica y restablecer los lazos perdidos con la naturaleza?”. Heidegger (2004, p. 9).
En Heidegger ya se ve el camino para recuperar una función antigua y fundamental de la filosofía: analizar, aclarar la situación del hombre en una sociedad y de frente al futuro incierto. Hoy este problema se concreta en la incertidumbre de los seres humanos que caminamos por rumbos distintos y hasta contrarios a los del esperado bienestar propio y planetario.
“El sentido originario de la filosofía se ha pervertido con la llegada de la era atómica, con la culminación de un gradual proceso de control y dominio de la naturaleza que se inició en los albores de la modernidad. La modernidad parte de la certeza de que la naturaleza se somete a principios mecanicistas (Descartes), de que la realidad puede interpretarse en términos matemáticos (Galileo) o de que el universo obedece a leyes universales (Newton)”. Heidegger (2004, p. 11).
Según Heidegger la voluntad de dominio y de control se agudiza en la época contemporánea desde el momento en que el mundo queda reducido a un enorme y complejo engranaje tecnológico que sólo responde a criterios utilitaristas, a una fábrica de mercancías y hombres en serie.
La cultura en conjunto se toma por un fondo disponible de valores que pueden administrarse, calcularse y planificarse.
Heidegger de acuerdo con Adorno, Horkheimer y Marcuse reconoce los riesgos del embotamiento de la conciencia histórica, de la estatización de las formas de vida, de la mercantilización de las relaciones humanas o de la expansión de los medios de comunicación. Heidegger (2004).
No hay cabida para la sorpresa ni el asombro porque todo está programado y controlado por la ciencia y la tecnología.
“En el reino de la certeza cartesiana, del orden geométrico de Spinoza, del mecanicismo de Hobbes o de la física de Newton no tiene cabida ni la sorpresa ni el asombro”. Heidegger (2004, pp. 13-14).
En el mapa conceptual que sigue, de la Filosofía; esquema 1.1 se puede ver a grande rasgos el desarrollo que ha tenido la filosofía occidental, desde la época de los griegos hasta los tiempos actuales, los sistemas que se generaron y continuidad.

1. 2.- Los grandes problemas de la filosofía.

El motor de la filosofía es la conciencia problematizadora. Por eso no podemos reducir la filosofía y su existencia a la existencia de discursos filosóficos que forman escuelas, como en el caso de la filosofía griega antigua. La sistematización de sus grandes problemas a través de la historia ha permitido la conformación de campos o regiones de estudio que se identifican con la filosofía, como los siguientes:

1. 2.1.- El problema ontológico y metafísico.

Este problema se plantea la determinación de aquello en lo cual los entes consisten y de lo que consiste el ser en sí. Da lugar a la ontología o metafísica, el estudio del ser. Lo que Aristóteles llamó filosofía.

1. 2. 2.- El problema axiológico.

Desde Sócrates se configura en occidente con mucha claridad el campo de lo moral, y en Platón encontramos ya un pensamiento específico acerca de la moral, es decir, la ética como disciplina filosófica; más adelante, en los siglos XIX y XX la heterogeneidad moral, los procesos de descomposición moral y la necesidad de rescatar las formas básicas y comunes para el desarrollo de la convivencia.
La palabra axiología proviene del griego axios, que significa valioso o digno y la palabra logos, que se puede traducir como estudio, tratado o teoría; también ciencia. Así la axiología puede definirse como la rama de la filosofía que se dedica a reflexionar sobre los valores. Nótese que incluye la reflexión sobre los valores morales, pero no sólo sobre éstos, sino sobre los valores en general.

1. 2. 3.- El problema epistemológico.

Desde la antigüedad el estudio del conocimiento y sus formas constituyó el dominio específico de la gnoseología: la rama de la filosofía que estudia el conocimiento y sus formas, donde se elaboran las teorías del conocer. Desde la antigüedad y hasta principios del siglo XX estos estudios se denominaban teoría del conocimiento, gnoseología, o epistemología.
A mediados del siglo XX la palabra epistemología adquiere un nuevo significado, en parte, por los desarrollos de la psicología, y dentro de ella, de los estudios sobre la evolución cognoscitiva de los seres humanos, en la medida en que avanzan en los procesos de maduración biológico e intelectual, enmarcados en la socialización. Pero el interés especial por la ciencia, el conocimiento científico y su metodología fueron diferenciando el término epistemología, para un uso referido a esos estudios críticos del conocimiento científico. Es por ese camino que se llega a la epistemología entendida como crítica de la cognición y el conocimiento científicos, y por extensión, de todo conocimiento y cognición humana. Delgado (2010).
La epistemología reúne los planteamientos y desarrollos relativos a los modos, clases, esencia, posibilidad, validez y origen del conocimiento. Se pregunta sobre la relación que guardan el conocimiento común, el sentido común y el conocimiento científico; qué relación se establece entre el sujeto y el objeto del conocimiento, en qué medida el conocimiento se encuentra determinado por la sociedad y el marco histórico donde surge.
Desde la modernidad se manejaron dos ideas básicas para analizar el conocimiento: los filósofos consideraron dos tipos de conocimientos: el conocimiento concreto sensible (sensaciones, percepciones, representaciones), y el conocimiento racional (conceptos, juicios, conclusiones), ambos relacionados a la actividad del sujeto, es decir, al pensamiento concreto, muy cercano o ceñido al sentido común, y al pensamiento abstracto o racional.
Por otra parte, en la ciencia se distinguen el conocimiento empírico y el conocimiento teórico como niveles del conocimiento científico. Esta distinción atiende a los métodos que se utilizan y los resultados que se obtienen.
Es importante no confundir estos cuatro conceptos, pues los dos primeros se refieren a los mecanismos que pone en funcionamiento un sujeto humano para producir conocimientos, mientras que los dos últimos distinguen niveles del conocimiento científico. Así, en el nivel empírico un investigador utiliza lo sensorial y lo racional, y también lo hace al producir conocimiento teórico. Pero un conocimiento es empírico cuando se circunscribe al empleo de métodos como la observación, el experimento y la medición, y se expresa en datos de la observación y el experimento, regularidades y generalizaciones empíricas. Por su parte, en el conocimiento teórico empleamos métodos teóricos (idealización, modelación, hipotético-deductivo, etc.) y obtenemos resultados en forma de hipótesis, leyes y teorías.
El conocimiento científico tiene además las características de ser sistemático, metódico, estructurado en una secuencia de procedimientos y operaciones, que permiten a la comunidad académica y a la sociedad en general, comprobar cuál ha sido el camino recorrido para fundamentar y alcanzar determinado conocimiento.
Considerando los conceptos manejados hasta aquí, en especial el de epistemología, explicaremos críticamente cómo se ha desarrollado el conocimiento científico, para comprender de qué se habla cuando se dice ciencia moderna, cómo surgen las disciplinas y qué cambios se hacen necesarios con la transdisciplina.

2.- El conocimiento científico.

Analizaremos cómo surgió la ciencia occidental, qué visiones distintas de la misma hemos tenido, cuáles son los cambios actuales.
La investigación comprenderá el paradigma moderno de la ciencia occidental, considerando a quienes han tratado el tema en forma significativa. Entre ellos algunos de los más importantes son: Leónidas Hegenberg, Ernest Nagel, Karl Popper, T. S. Kuhn, y otros pensadores que aparecen en las fuentes bibliográficas.
En cuanto a los investigadores que proponen un cambio al método de investigación trabajaremos con: Fritjof Capra, Ilya Prigogine, W. Heisenberg, Mario Bunge, Hilary Putnam y Edgar Morin.
Para comprender críticamente la ciencia moderna y el cambio contemporáneo debemos plantearnos como asunto inicial el valor que La Ilustración le confirió a la razón, y el deseo, desde Descartes, Galileo, Leibniz y Newton, ratificado y esquematizado en el siglo XIX por Comte, de pretender con la ciencia, alcanzar la certeza y precisión necesarios, para garantizar el dominio del hombre sobre la naturaleza. Acompañan a esta idea rectora, la consideración estática del universo (no por carente de movimiento, sino carente de cambios cualitativos), y la linealidad de los fenómenos (la comprensión de las relaciones fundamentales como relaciones directas entre causa y efecto, sin mayores derivaciones). En los griegos se encuentra en germen la identificación de la estructura de la razón y de la realidad. En ella se fundamenta la creencia en el poder sin límites del ser humano, incluso del individuo, pues éste dotado de razón, es todopoderoso para enfrentar y dominar el mundo que le rodea.

2.1.- Ciencia Moderna.

Cómo surge la ciencia, dice Hegenberg: “El deseo de obtener explicaciones al mismo tiempo sistemáticas y controlables por la evidencia fáctica, es precisamente el hecho generador de la ciencia. La organización y clasificación de los acontecimientos, con base en principios explicativos, en estructuras cada vez más definidas y abarcando un número creciente de fenómenos, es lo que constituye la finalidad de la ciencia”. Hegenberg (1979, p. 28).
Como vemos, por la explicación de Hegenberg, la ciencia es sistemática pero controlable mediante el experimento, que es lo que se entiende por la vía fáctica.
La ciencia de la que habla el autor es una ciencia lineal cuyos principios explicativos abarcan un número de fenómenos, que están concatenados por alguna ley que los rige, y aunque puedan aumentar en su número y relaciones, se mantiene la linealidad, es decir, la ausencia de “sorpresas”, pues todo lo que ocurre lo hace de acuerdo a un orden que puede ser previsto y descrito con precisión.
Nos sigue diciendo Hegenberg: “La ciencia es un tipo de investigación. Es un procedimiento de dar respuestas a preguntas y de resolver problemas, desarrollando técnicas perfeccionadas para esa tarea de responder y resolver”. Hegenberg (1979, p. 34). En el planteamiento de las preguntas, y en la explicación de cómo se realiza la búsqueda de respuestas, tenemos el fundamento del método denominado científico, que sigue etapas muy bien demarcadas, para alcanzar una descripción y explicación de lo estudiado. En esto consiste la validez del método científico y su pertinencia para garantizar la revisión del conocimiento que produce. El elemento de validación más general se introdujo por Galileo, y consiste en el empleo de las matemáticas y sus herramientas para la fundamentación y expresión de los conocimientos. Cómo y por qué Galileo introdujo las matemáticas como elemento de validación. Galileo sigue a Platón que consideraba que las matemáticas eran muy adecuadas para las especulaciones físicas. Platón considera a las matemáticas como el modelo perfecto porque es ideal al igual que su explicación de la realidad. Koyré (2005).
Según Koyré, Galileo introdujo las matemáticas en la física porque deseaba una validación que no dejara dudas y siguió a Platón. Koyré (2005).
Nos dice Koyré, que Galileo en sus diálogos con su amigo Jaques Mazzoni confirmó que no había una diferencia que diera lugar a tantas especulaciones como la cuestión de la aplicación de las matemáticas a la física.
“… la cuestión: si el uso de las matemáticas en la ciencia física, en cuanto a instrumento de prueba y término medio de la demostración, es oportuno o inoportuno, es decir si nos aporta alguna verdad o si, por el contrario, resulta perjudicial y peligroso”. Koyré (2005, p. 265). La ciencia en esta etapa se separa de la vieja concepción filosófica que buscaba el conocimiento por el conocimiento. Se convierte cada día más en una actividad estrechamente ligada a la producción material y a la solución de los problemas que surgen allí. En la búsqueda de respuestas, cada vez más parciales, se pierde la visión de la totalidad, en especial aquella que integra a los seres humanos y a la naturaleza. De elementos integrados que funcionan como tales, los humanos y la naturaleza pasan a ser “problemas” o partes de determinados problemas.
De acuerdo a lo que nos dice Hegenberg, uno de los caminos de la ciencia es el del perfeccionamiento de las técnicas que nos permitan dar respuestas a los problemas.
Otro fuerte representante de la epistemología de la ciencia es Ernest Nagel. Sobre esta cuestión de los problemas nos dice:
“El pensamiento científico parte, en última instancia de problemas sugeridos por la observación de cosas y sucesos de la experiencia común; trata de comprender esas cosas observables descubriendo en ellas algún orden sistemático; y la prueba final a la cual somete las leyes que sirven como instrumento de explicación y predicción consiste en su concordancia con tales observaciones”. Nagel (1978, p. 84).
Con Nagel estamos también en el terreno común de la investigación empírica y la contrastación del fenómeno. Se sigue pensando el mundo como una entidad ordenada, y ese orden es lineal.
Nagel nos plantea además, como en la ciencia nacida de la modernidad, los investigadores enlazan las explicaciones para hacer concordar las observaciones y las predicciones que se realizan. En esto la ciencia tiene una de sus ventajas con respecto a otras formas de producción de conocimientos, pues se evita con ello la especulación propia de la filosofía, la imprecisión de la vida cotidiana, o la ambigüedad del arte. Para una ciencia centrada en el orden lineal, no es sólo el camino preferido, es el único camino que se puede recorrer.
La trampa metodológica consiste en que se siguen las reglas precisas para obtener los datos que fundamenten lo observado y lo pongan a prueba. Por un procedimiento de filtrado, no siempre consciente o malintencionado, lo que no encaja en la demostración se desestima como “ruido”, información colateral o insignificante. Y con ello muchas veces se desprecia información valiosa para la refutación de los conocimientos.
“La práctica del método científico consiste en la persistente crítica de argumentaciones, a la luz de cánones probados para juzgar la confiabilidad de los procedimientos por los cuales se obtienen los datos que sirven como elementos de juicio y para evaluar la fuerza probatoria de esos elementos de juicio sobre los que se basan las conclusiones”. Nagel (1978, p. 25).
Por lo que nos dice aquí Nagel parece que la ciencia está más en la situación de probar su procedimiento que en explicar la realidad. La ciencia contemporánea desde el último cuarto del siglo XX se ha movido en los dos ámbitos: los procedimientos en su construcción y en los elementos que la integran: el sujeto, el objeto y la realidad.
Mario Bunge, Argentino, radicado en Canadá y profesor en la Universidad McGill y autor de más de 40 obras en el área de Filosofía de la Ciencia, en sus diferentes divisiones, dice: “La ciencia es un conocimiento de naturaleza especial: trata primariamente, aunque no exclusivamente, de acaecimientos inobservables e insospechados por el lego no educado; tales son, por ejemplo, la evolución de las estrellas y la duplicación de los cromosomas; la ciencia inventa y arriesga conjeturas que van más allá del conocimiento común, tales como las leyes de la mecánica cuántica o las de los reflejos condicionados; y somete esos supuestos a contrastación con la experiencia con ayuda de técnicas especiales…”. Bunge (2004, p. 20).
En esta definición Mario Bunge nos hace notar que la ciencia se construye con un pensamiento desarrollado para tal fin y con procedimientos que implican un aprendizaje, ese aprendizaje debe de alcanzarse con la educación en él mismo.
Hasta aquí hemos visto explicaciones que toman a la ciencia en tanto actividad, en relación con su resultado, el conocimiento que produce. El resto de los elementos de esta actividad humana parecen estar desconectados de ese conocimiento. Es éste uno de los rasgos distintivos de la concepción positivista de la ciencia, que vela por los aspectos lógicos, conceptuales, terminológicos y de integración de los conocimientos, pero no los contextualiza en el nivel de la multilateralidad de las relaciones sociales y la cultura a que pertenece por entero. La ciencia queda reducida –también en Bunge--, a la experiencia, a la contrastación con la experiencia, y al conocimiento de cómo trabajar con esa experiencia.
El concepto que tenemos de la ciencia es que es un modelo explicativo de la realidad, ese modelo tiene características y una de ellas es el ser un sistema formal.
¿Qué es un sistema formal?
Un sistema formal es el encadenamiento de una estructura de pensamiento. “...el conocimiento científico es predominantemente conceptual: consta de sistemas de conceptos interrelacionados de determinados modos”. Bunge (2004, p. 64).
Desde los conceptos se construye todo el sistema formal que nos permite demostrar un argumento científico.
Este sistema formal permitió a la ciencia una continuidad extraordinaria pero la misma ciencia en sus últimas investigaciones ha llegado al descubrimiento de la complejidad de lo que se conoce y el sistema formal que le permitió su desarrollo hoy necesita cambiar por uno que promueva el saber a manera de sistema.
“Los conceptos formales suministran los elementos que constituyen el esqueleto formal (por ejemplo, un cálculo) de sistemas factuales como las clasificaciones y las teorías. Su estudio corresponde a la ciencia formal, pero pueden introducirse en cualquier campo de la ciencia factual: no están vinculados a ningún tema concreto, sino que se refieren a nuestro modo de planteamiento y manera de aprovecharlo”. Bunge (2004, p. 109).
Tal como dice Bunge, el sistema formal es el esqueleto de cualquier sistema factual, toda ciencia corresponda al ámbito que sea tiene una estructura que es un sistema formal; lo que cambia en ella es el objeto de estudio.
“El uso amplio de los conceptos formales no lleva sólo a una sistematización más fuerte y a una precisión en cada campo de la ciencia, sino también a una ulterior integración conceptual de toda la ciencia”. Bunge (2004, p. 110).
La ciencia como trabajo cultural necesita de la integración conceptual; lo que hay que estructurar de manera diferente es el proceso del conocimiento de lo que luego se convertirá en ciencia.
En años recientes Bunge ha cambiado esta visión positivista de la ciencia, diciendo que el método científico tal como se trabaja hoy en día, sigue así porque ha demostrado ser útil en su aplicación.
También Hegenberg consideró que la ciencia se construye como dice Bunge, mediante el método hipotético-deductivo.
Ruy Pérez Tamayo, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, en el área de medicina dice: “…-la ciencia, a través de toda la historia, ha pretendido ser: una actividad humana dedicada a identificar, definir y resolver problemas de la realidad, problemas de la naturaleza. Como se trata de una actividad del hombre, la ciencia se da exclusivamente dentro del marco que incluye las cosas humanas, con todas sus excelencias y también con todas sus limitaciones”. Pérez Tamayo (2006, p. 274).
Comenzamos a ver en esta definición lo que proporciona la ciencia al hombre, que en la concepción positivista quedaba excluido, por estar por encima de toda explicación de la realidad.

2. 2.- Iniciadores de un nuevo pensamiento de ciencia.

Pérez Tamayo hace el análisis a través de la historia de lo que ha sido y es el método científico, en la ciencia de Aristóteles, y en la ciencia moderna, y llega a la conclusión que el método actual tiene que cambiar porque la realidad para la que fue creado es la realidad que enfrentamos en el presente.
En la identificación de los problemas de la realidad es en donde la ciencia ha cambiado; también esa realidad envuelve al hombre y el concepto que el hombre tiene de sí tiene que ser diferente.
Hasta la segunda mitad del siglo XX se consideró el desarrollo de la ciencia como un proceso acumulativo. Popper fue el último gran epistemólogo que sostuvo este punto de vista. En los sesenta T. S. Kuhn sostuvo que el progreso histórico de la ciencia no se realiza añadiendo descubrimientos y teorías nuevas a las de la época anterior. Kuhn se interesó por las relaciones de discontinuidad, y en el lado social de la ciencia y sus creaciones.
Kuhn destruyó el mito de la racionalidad lógico-empírica de la ciencia y abrió el camino de una epistemología social de la ciencia, al tratar temas como la finalidad de la ciencia, la responsabilidad de la praxis científica y la estructura de la comunidad científica. Introdujo además nuevos conceptos, tales como: paradigma, ciencia normal, ciencia extraordinaria y revolución científica.
El cambio que estamos viviendo hoy en la ciencia, puede entenderse en términos de Kuhn, como una revolución científica, una ruptura de la continuidad, un cambio paradigmático que afecta a la ciencia y a la comunidad científica.
Una comunidad científica consiste en quienes practican una especialidad científica, hasta un grado no igualado en la mayoría de los otros ámbitos, han tenido una educación y una iniciación profesional similares. En el proceso, han absorbido la misma bibliografía técnica y sacado muchas lecciones idénticas de ella. Comparten un mismo modelo o marco general que programa todo el proceso de elaboración y aprobación de los conocimientos, y establece sus fronteras: un paradigma. Las fronteras de ese saber es lo que hoy en día es diferente y por eso nos encontramos en un momento de cambio paradigmático.
“Ciencia normal” significa investigación basada firmemente en una o más realizaciones científicas pasadas, realizaciones que alguna comunidad científica particular reconoce, durante cierto tiempo, como fundamento para su práctica posterior. La ciencia extraordinaria, en revolución, busca un nuevo fundamento para su práctica.
En los fundamentos se encuentra el asunto de la verdad. Lo que nos planteaba firmemente la ciencia moderna acerca de un mundo definitivamente ordenado ha dejado de ser la verdad –entendida como respuesta exacta a la pregunta por la realidad. La respuesta que se elabora hoy deja de pensar la naturaleza como un concepto estático y al ser humano como un ser fuera de la naturaleza. Pero cambiar estos horizontes o fronteras del conocimiento no es sencillo.
Así, siguiendo el planteamiento teórico de Kuhn, en este momento de su desarrollo, la ciencia ha dejado de ser normal, ya no cambia por acumulación de conocimientos dentro de un paradigma, se cuestiona el paradigma y se propone su sustitución: ha entrado en una revolución científica.

Esquema 2.1.- El cambio en la ciencia contemporánea.

Después de haber visto la postura científica o filosófica de los pensadores que han tenido que decir algo importante, o algo que se tomó en cuenta en la comunidad científica, nos preguntamos en qué consiste hoy el cambio en el método científico.

2. 3.- Las nuevas investigaciones en la ciencia contemporánea.

Como hemos señalado, la ciencia ha entrado en el proceso de cambio paradigmático que llamamos revolución científica. Los problemas de método son parte de esos cambios paradigmáticos, devienen del propio proceso de crecimiento y ampliación del conocimiento científico.
El cambio de modelo de investigación se inicia a final del siglo XIX y se desarrolla desde 1950; los trabajos se inician con: Dilthey en historia y psicología; Wund, Brentano y James, en Psicología; Husserl en la fenomenología y Weber en Sociología.
Continúa con los trabajos de los físicos a fines del siglo XIX y principios del XX, con las teorías relativistas y la mecánica cuántica, y más adelante, con la filosofía de la ciencia de Wittgenstein, así como la teoría de sistemas de Bertalanffy, en las décadas de 1930 y 1940.
En la física hubo muchos avances importantes, que incluyen la distinción entre el macromundo y el micromundo, el principio de relatividad, el de incertidumbre, así como el principio de exclusión de Pauli. Este último, físico austríaco, que recibió el premio Nobel por su descubrimiento, afirmó que existen leyes sistémicas que no se derivan de las leyes que rigen los componentes; el todo es explicado por niveles superiores de organización.
Lo anterior sucede con todos los sistemas o estructuras dinámicas que constituyen nuestro mundo y son: Sistemas atómicos, Sistemas moleculares, Sistemas celulares, Sistemas biológicos, Sistemas psicológicos, Sistemas sociológicos y Sistemas culturales.
La mayoría de las realidades son un todo polisistémico que se oculta cuando el todo es reducido a sus elementos o componentes.
Para el cambio paradigmático han tenido importancia las obras críticas de Kuhn, Feyerabend, Lakatos, así como también las de Popper (que aunque no forma parte de la escuela historicista, criticó los presupuestos empiristas y mostró su inviabilidad demostrativa como fundamento de la ciencia. Ese cambio se abrió camino además, con la introducción del enfoque de sistema, la teoría crítica de la Escuela de Frankfurt, y muchos avances específicos en diversas teorías científicas.
¿Cuál es esa nueva ciencia?
La denominada nueva ciencia surge de las investigaciones de: Ilya Prigogine 1950), Humberto Maturana (1970) y Francisco Varela (1974), Niklas Luhmann, James Lovelock (1965), entre otros.
Las nuevas investigaciones incluyen:

El pensamiento sistémico: que presta atención a las relaciones entre las partes y la totalidad sistémica. Según la visión sistémica, las propiedades esenciales de un organismo o sistema, son propiedades del todo, que ninguna de las partes posee ni individualmente, ni tomadas en conjunto. Las propiedades de la totalidad aparecen y desaparecen con la totalidad misma, corresponden a ella, no sólo a su constitución y estructuración, sino también a su dinámica de cambio en el tiempo.

Entre las características del pensamiento sistémico es importante recordar:

a) El cambio de la atención, antes centrada en las partes, a la totalidad, al todo.

b) El cultivo o desarrollo de la habilidad para enfocar la atención alternativamente a distintos niveles sistémicos.

c) La comprensión de que las propiedades de las partes no son propiedades intrínsecas, y sólo pueden entenderse desde el contexto del todo.

d) La comprensión de que en un sistema no hay partes, y totalidad separadas: el reconocimiento de que existe una relación parte-todo que se manifiesta como inseparable red de relaciones.

La atención a la autoorganización (1950), que deja de ser un concepto filosófico especulativo para tener espacio en la explicación de los procesos regidos por leyes.
Se puede entender la autoorganización como la aparición espontánea de nuevas estructuras y nuevos modos de comportamiento, en sistemas alejados del equilibrio. Se caracterizan por bucles de retroalimentación interna.

La autoorganizaciòn tiene muchas manifestaciones. Una de las más tempranas se encuentra en la teoría de las estructuras disipativas propuesta por Ilya Prigogine 1 . En sus investigaciones este científico reconoció situaciones que pudo explicar promoviendo la nueva teoría que incluye la aparición de procesos autoorganizados allí donde se presentan ciertas condiciones básicas, donde las fluctuaciones se asimilan dentro de umbrales, rebasados los cuales, ocurren procesos autoorganizados para asimilar la influencia de esas fluctuaciones.

La dinámica de estas estructuras disipativas incluye específicamente la emergencia espontánea de nuevas formas de orden. Si el flujo de energía aumenta, el sistema puede llegar a un punto de inestabilidad, conocido como “punto de bifurcación”, del que puede surgir una nueva rama que es capaz de desembocar en un estado completamente nuevo. De esta forma Prigogine desarrolló una nueva termodinámica para describir el fenómeno de la autoorganización, en sistemas abiertos, lejos del equilibrio, y lo hace mediante su teoría de las estructuras disipativas. “Una estructura disipativa, tal como Prigogine la describe, es un sistema abierto que permanece en un estado alejado del equilibrio, pero que, al mismo tiempo, conserva la estabilidad: se mantiene la misma estructura general, a pesar del flujo incesante y del cambio continuo de sus componentes”. Capra (2003, p. 37).

Autopoiesis. 1969 -1970
La autopoiesis es otra manifestación de la idea de la autoorganizaciòn. En este caso para explicar la cualidad de lo viviente y su relación con el conocimiento. Fue propuesta por los biólogos chilenos:
Humberto Maturana-1928 y Francisco Varela- 1946.- 2001. Los dos son Doctores en Biología por la universidad de Harvard.
Auto – sí mismo -, poiesis – creación. Autopoiesis significa: creación de sí mismo.
La teoría explica la organización en un sistema vivo, como un conjunto de relaciones entre sus componentes, que caracteriza al sistema como perteneciente a una clase determinada; la descripción de dicha organización es una descripción abstracta de relaciones y no identifica a los componentes, ejemplo, la célula.
La autopoiesis es un patrón general de organización, común a todos los sistemas vivos, cualquiera que sea la naturaleza de sus componentes; se trata de una red de procesos de producción, en el que la función de cada componente es participar de la producción o transformación de otros componentes de la red.
Según Niklas Luhmann (1927 - 1998), los sistemas sociales utilizan la comunicación como su forma particular de reproducción autopoiésica; sus elementos son comunicaciones producidas y reproducidas de manera recurrente por una red de comunicaciones y no pueden existir fuera de ella.
Hay no obstante, una diferencia fundamental entre la conceptualización de Maturana y Varela de una parte, y de Luhmann de otra. Para Maturana y Varela es fundamental considerar el aspecto material de la unidad autopoiética individual. Ambos consideraron que sin ese atributo, el concepto de autopoiesis se estaría utilizando en sustitución del que ellos proponían. Esto fue exactamente lo hecho por Luhmann, que se refiere a la autopoiesis social, pero no distingue ninguna unidad individual material autopoiética.
Según Luhmann una red social es un patrón no lineal de organización que involucra el lenguaje. Debido a lo antes señalado por Maturana y Varela, Capra también ha diferido con respecto a Luhmann en relación a si las redes sociales pueden considerarse sistemas vivos o no. Luhmann les confiere todas las características, excepto la de entidad material individual, y concluye que no son sistemas vivos. Capra considera válido atribuirles un grado variable de vida, pero el criterio planteado por Maturana y Varela no es cumplido por ninguno de estos dos autores.

Gaia, 1965.
Gaia es la hipótesis desarrollada por el químico atmosférico James Lovelock, que nos propone considerar el planeta Tierra como sistema autoorganizador vivo.
Esta hipótesis representa una ruptura con la ciencia convencional que ve a la Tierra como un planeta muerto, hecho de rocas inanimadas, océanos y atmósfera, habitado por vida.
Es notable que la hipótesis Gaia, sí cumple con el criterio de auotopiesis, pues la Tierra sería la unidad viviente individual y material. No obstante, muchos biólogos han planteado su objeción a esta interpretación, pues distinguen entre la consideración de la vida como un fenómeno planetario, y la del planeta como una entidad viviente. Esta última se estima metafórica e imprecisa, pues no puede dar cuenta del conocimiento acumulado acerca de los seres vivientes. La Tierra sería una entidad viviente de otro tipo, y habría que construir desde cero toda la biología nuevamente para explicar las relaciones ecosistémicas, entre otras.
La teoría de Lovelock apareció en 1972, en el trabajo titulado: “Gala vista desde la atmósfera.”
La teoría Gaia demuestra que existe una íntima relación entre las partes vivas del planeta y las no vivas.
La teoría Gaia contempla la vida de un modo sistémico, uniendo geología, microbiología, química atmosférica y otras disciplinas.
Según la teoría Gaia, es la vida la que crea las condiciones aptas para su propia existencia con lo que se cierra el círculo virtuoso de la autoorganización.

Matemáticas de la Complejidad.
Uno de los avances más importantes del conocimiento acumulativo, tiene que ver con las matemáticas y el desarrollo de nuevas herramientas que permiten trabajar con los sistemas complejos. Las nuevas matemáticas permiten describir cuantitativa y cualitativamente relaciones y patrones, y ofrecen la posibilidad de manejar volúmenes de información acerca de las dinámicas de los sistemas en el tiempo, que antes era imposible siquiera considerar.
Gracias a estas matemáticas nuevas en las últimas décadas del siglo XX, ya se había avanzado suficientemente en la comprensión del carácter no lineal de las relaciones en los sistemas complejos y la naturaleza en su conjunto, En el mundo no–lineal, se rompe la vieja simetría entre el orden y el desorden, entre lo simple y lo complejo. Se hace palpable la paradoja de la asimetría entre el orden y el desorden, cuando las ecuaciones deterministas más simples que describen un sistema, pueden conducirnos al encuentro con una variedad de comportamientos y futuros, que hacen los pronósticos muy difíciles, arriesgados, o imposibles. Lo simple y ordenado pasa a ser complejo y mezcla de relaciones de orden y desorden.
Otro efecto de la no linealidad es la denominada amplificación por fluctuaciones.
En los sistemas lineales es válido afirmar que pequeños cambios producen pequeños efectos, mientras los grandes son el resultado de grandes cambios o de la suma de muchos pequeños cambios.
En los sistemas no–lineales los pequeños cambios pueden tener efectos grandes si no de inmediato, con el transcurso de la evolución del sistema. El tiempo pasa a ser una variable fundamental a considerar.
Un ejemplo de proceso no-lineal es el llamado “caos”, y posteriormente “caos determinista”.
Otros avances importantes a considerar, incluyen la modelación sistémica, el estudio de las organizaciones y los procesos organizados, donde tienen una relevancia notable la cibernética y la teoría de la información.
Más allá de las teorías y su aporte para pensar de un modo diferente, integrador, han tenido una influencia notable en el avance de las nuevas ciencias, determinados problemas que por su naturaleza, reclaman el concurso de todo el conocimiento humano, y hacen fehaciente la necesidad de un pensamiento integrador, que reconozca la totalidad.
Uno de esos problemas centrales es el estudio del ser humano.

El hombre.
La evolución humana no es posible sin entender la evolución del lenguaje, el arte y la cultura. La tercera dimensión conceptual de la visión sistémica de la vida son la mente y la conciencia. Para la teoría de los sistemas vivos la mente no es una cosa sino un proceso. Es el proceso del conocimiento que se identifica con el proceso de la vida.

En relación a la naturaleza ésta es la nueva teoría:

El nuevo paradigma es de interconexión, es de autoorganización, de estados de no equilibrio que se organizan, es decir, generan estructuras ordenadas a partir de su evolución en intercambio constante con su entorno; son sistemas abiertos.

Prigogine llama a esos sistemas abiertos “estructuras disipati¬vas”, es decir, que su forma o estructura se man¬tiene por una continua “disipación” o consu¬mo de energía. Cuanto más compleja sea una estructura disipativa, más energía necesita para mantener todas sus conexiones. Por ello, también es más vulnerable a las fluctuaciones inter¬nas. Se dice, entonces, que está “más lejos del equili¬brio”. Por lo anterior la física deja de ser determinista en el sentido clásico de un determinismo generalizado y de estrecha comprensión de la relación causa-efecto. Se sientan las bases de un nuevo determinismo que incluye el reconocimiento de lo indeterminado, de las fluctuaciones, de la relación entre el orden y el desorden. Cambia entonces también el modo de investigar: ahora hay que estudiar todo hecho de manera integrada a un sistema, Necesitamos otro método científico. En el paradigma todavía predominante, las explicaciones científicas pueden abordar el objeto de manera aislada, y buscar sus determinantes. Al hacerlo, la precisión que se alcanza, paga el precio de la simplificación que significa hacer abstracción de todo lo que se aparta de la línea de determinación causa, identificada como principal.

Aunque desde el siglo XIX se incluyeron entre las herramientas científicas los métodos probabilísticos que aportan flexibilidad y consideran efectos más o menos globales, la ciencia no se apartó del modelo cartesiano positivista. En la actualidad existe todo un mundo de procedimientos que incluyen el análisis de probabilidades y la cuantificación estadística, para dar satisfacción al modelo positivista de la ciencia. Se exagera el lugar de la medición en la comprobación del conocimiento, y se continúa perdiendo lo global. La metodología no podrá dar pautas para la explicación solitaria de los objetos de conocimiento, por esa razón es necesario un método de integración en donde la verdad no sea de interpretación tan estrecha, reducida al dato y lo cuantificable. El mundo en que hoy vivimos se caracteriza por sus interconexiones a un nivel global en el que los fenómenos físicos, biológicos, psicológicos, sociales y ambientales, son todos recíprocamente interdependientes.

Para describir este mundo de manera adecuada necesitamos una perspectiva más amplia, holista y ecológica que no nos pueden ofrecer las concepciones reduccionistas del mundo ni las diferentes disciplinas aisladamente; necesitamos una nueva visión de la realidad, un nuevo "paradigma", es decir, una transformación fundamental de nuestro modo de pensar, de nuestro modo de percibir y de nuestro modo de valorar. El nuevo paradigma está operando, nos falta que la comunidad científica lo acepte y por consiguiente trabaje con él. El sentido o significado está dado ya por las nuevas investigaciones y la estructura social que tenemos. La nueva ciencia no rechaza las aportaciones de Galileo, Descartes o Newton, sino que las integra en un contexto mucho más amplio y con mayor sentido. No podemos rechazar la tradición científica porque tendríamos que cuestionarnos: cómo decir que todo lo demostrado por la ciencia estuvo mal si tenemos un desarrollo que es evidente. El espíritu humano no refleja el mundo: lo traduce a través de todo un sistema neurocerebral. Lo que la ciencia al final hace es trabajar con las representaciones mentales que el cerebro crea, lo que la ciencia también hace es buscar, hasta donde sea posible, expresar la interpretación de lo que construye con la mente. La idea de un conocimiento científico absolutamente ver¬dadero y definitivo procede de la concepción de la ciencia como copia de la realidad.

El método científico tradicional ha seguido la lógica lineal unidireccional, ya sea en una “línea” deductiva como en una inductiva. La lógica lineal deductiva parte de unos primeros principios (lógica filosófica: principio de identidad, de no contradicción, del tercero excluido); es la lógica que forma parte del paradigma actual.
La evolución del conocimiento científico no es sólo de aumento y extensión del saber, también es de transformación, de rupturas de unas teorías a otras.
A continuación presento un mapa conceptual, de las nuevas investigaciones, que conducen a un nuevo paradigma. Se le identifica por algunos científicos como la nueva ciencia, e implica la necesidad de trascender las disciplinas tanto en los propósitos como en los métodos. Se requiere transdisciplinariedad.

Esquema 2. 2.- La ciencia contemporánea

La ciencia requiere transdisciplinariedad porque en su crecimiento hemos llegado a un nuevo concepto de conocimiento, de realidad y de lo humano.
El conocimiento en cuanto a los elementos que la racionalidad clásica consideró fundamentales: el objeto y el sujeto, dejaron de ser aspectos separados en donde el sujeto determina al objeto. La ciencia contemporánea presenta un nuevo aspecto al considerar que el objeto y el sujeto establecen una interrelación para la producción de los conocimientos y que hay que seguir en el estudio de la determinación de quién es el objeto, quién la realidad y quién el sujeto que conoce, sujeto que es formación de su cultura.
En cuanto a la realidad, la misma dejó de ser el mundo mecánico de Newton, en donde la naturaleza era una parte de esa realidad y el hombre el ser parte independiente y superior a ella. La realidad, lo que conocemos, se le considera, en esta concepción contemporánea, según Morin, como producto de una actividad computante y cogitante del ser humano.
En cuanto al ser humano, él mismo ha dejado de ser el ser por encima de la naturaleza, para constituirse en parte de ella, quien debe crear una naturaleza para vivir en armonía con ella y no para usarla como sustancia desechable, por lo que la ciencia debe de ser producto de la convivencia humana y sus resultados deben servir a esa convivencia.
No hay desarrollo científico, técnico integral y sostenido a menos que haya cierta holgura económica, tolerancia intelectual y libertad política.
Para diseñar políticas y planes de desarrollo científico y técnico que sean eficaces debemos considerar las siguientes condiciones:

a) Constituyan un componente de políticas y planes de desarrollo integral.
b) Se adecuen tanto a la realidad social como a las aspiraciones de los grupos humanos.
c) Resulten de la colaboración entre investigadores, técnicos y administradores.
d) Generen una ciencia hacia la transdisciplinariedad.

Esquema 2.3.- Lo emergente en la Ciencia Contemporánea.

Esquema 2.4.- Bucle de retroalimentación en la Ciencia Contemporánea

Esquema 2.5.- Patrones interconectados según la Ciencia Contemporánea.

Esquema 2.6.- La cognición humana según la Ciencia Contemporánea.

Esquema 2.7.- La sociedad según la Ciencia Contemporánea.

El cambio del concepto de realidad.

La realidad en la ciencia moderna significó para el hombre una naturaleza lineal, de causa a efecto; se consideraban todos los fenómenos de manera separada.
Las investigaciones de neurociencia demuestran que lo que conoce el ser humano, no es copia de la realidad, que a lo que llama realidad es la integración de elementos, a los que hay que añadir su cultura.
Están las investigaciones de Humberto Maturana y Francisco Varela, donde la mente como proceso, es quien integra los elementos de lo que decimos que conocemos; esta investigación la presentan Maturana y Varela en varias obras, entre las que se encuentra El Árbol del Conocimiento, y se le conoce como la Teoría de Santiago, o la Teoría Autopoiética.
“…todo evento cognitivo necesita la conjunción de procesos energéticos, eléctricos, químicos, fisiológicos, cerebrales, existenciales, psicológicos, culturales, lingüísticos, lógicos, ideales, individuales, colectivos, personales, transpersonales, e impersonales, que se engranan unos en otros”. Morin (2009, p. 20). Este fenómeno multidimensional es roto por nuestra cultura científica moderna, que desde el siglo XVII produjo la disyunción entre ciencia y filosofía. Todavía en el presente, vemos como la división de las ciencias en áreas disciplinares no toma en cuenta el conjunto del que forma parte el conocimiento que ellas producen.
Dice Morin (2009) esta forma de fragmentar el conocimiento es un nuevo oscurantismo que nace en la cima de la cultura. Tal como están las cosas en la actualidad, la filosofía y la ciencia, por sí solas, son insuficientes para conocer cómo conocemos. Es necesaria una nueva epistemología que se replantee el problema de la verdad.

El cambio del concepto de verdad.

El concepto de verdad se estableció en la ciencia moderna como ideal, que convoca a alcanzar conocimientos exactos de la realidad.
La nueva ciencia o la creación de un nuevo método de investigación ha cambiado este concepto porque se sabe por planteamientos filosóficos críticos que toman sus orígenes en el pensamiento antiguo, y más recientemente en las ciencias, por los aportes de las neurociencias, las investigaciones de Maturana y Varela, en especial, que el hombre no reproduce con exactitud el mundo exterior: interpreta y construye desde su condición doble, biológica y social, individual, colectiva y cultural. Así, lo que se tenía por elementos individuales y separados, están integrados a sistemas, y éstos a su vez pueden ser elementos que funcionan como parte de otros sistemas.
La verdad perdió el carácter de certeza absoluta. Al haber cambiado los conceptos de realidad y de verdad es consecuencia forzosa el cambio en lo que conocemos y en el conocimiento.
Nuestro cerebro conoce el mundo exterior mediante variaciones y diferencias y lo hace mediante una dialógica entre el aparato neurocerebral y el mundo exterior, de manera recursiva mediante bucles, y holoscópico al producir visiones del conjunto, Morin (2009).

El cambio del concepto de hombre.

En nuestra cultura occidental se le ha dado a la racionalidad un valor extraordinario, el producto de esta facultad y el desarrollo de la habilidad produjeron que en el Renacimiento, al hombre se le considerara por encima de todo lo existente.
Como sucede con el cambio del concepto de realidad, de verdad y de conocimiento, el concepto que el hombre tiene de sí mismo tiene que cambiar, este cambio es originado por el mismo desarrollo de la producción y de la ciencia; todo el cambio que el hombre generó en la naturaleza le obliga a buscar la solución a la destrucción de su habitad, el planeta Tierra. Lo anterior le ha hecho darse cuenta que no está por encima de la naturaleza; es parte de ella, con ella vive y a ella debe estar integrado o lucha por hacer del planeta Tierra una naturaleza habitable o muere con ella.

El cambio del método de investigación.

El cambio del método de investigación de la ciencia contemporánea que, tiene como base los enunciados observacionales y la cuantificación, dado el cambio que el mismo método generó sobre los conceptos de realidad, verdad, conocimiento y cuantificación, mediante las investigaciones significativas de Prigogine, Maturana y Varela, Lovelock y otros más, vemos que es necesario abrir el camino que la misma ciencia moderna creó.
Se hace necesario abrir la ciencia al modelo de investigación que necesita, pero hacerlo desde los primeros niveles de conocimiento, esto es, desde los diferentes niveles de la educación, que no sea usado solamente por algunos investigadores de Ciencia Básica, como se hace en la actualidad.
“En adelante, mientras se siga manteniendo el cordón umbilical con la objetividad de los fenómenos, a través de las observaciones /experimentaciones y la regla de oro de la verificación/refutación, a pesar de los enormes desperdicios, despilfarros, bloqueos, burocratizaciones, dogmatizaciones, podemos estar seguros de que la evolución prosigue y, a partir de ahí podemos esperar una transformación cultural/cognitiva en el sentido que hemos indicado”. Morin (2006, p. 76).
Lo que nos dice Morin es que a pesar de la negativa de algunos grupos al cambio, la evolución, la transformación de este modo de hacer ciencia, se dará.
“Todavía estamos en la prehistoria del espíritu humano. Nuestra ciencia no está en vías de un acabamiento, está en vías de un recomenzamiento a partir de los nuevos descubrimientos y ya no obedece a los mismos principios de inteligibilidad”. Morin (2006, p. 102).
Hemos visto los principios que han cambiado; el hombre tiene que darse cuenta que forma parte de la naturaleza y que la manera que ha tenido de trabajar la ciencia, para generar una economía sin control, basta ver la crisis actual de la misma y las condiciones del planeta, le obligan a integrar el conocimiento como solución a todos los aspectos de la vida: la vida humana y la vida del planeta.
“Además como hemos dicho, los conocimientos fragmentarios no sirven para otra cosa que no sean usos técnicos. No llegan a conjugarse para alimentar un pensamiento que pueda considerar la situación humana, en la vida, en la tierra, en el mundo, y que pueda afrontar los grandes desafíos de nuestro tiempo”. Morin (2004, p. 17).
Un punto de partida que tiene que ser la integración de todos los saberes porque como sociedad no nos entendemos y como administradores de los bienes que necesitamos y que la Tierra nos proporciona tampoco hemos sabido hacerlo.

Esquema 2.8.- Modelo sistémico, holístico, dialógico o cualitativo hacia la transdisciplinariedad.

“Los científicos comparten con los otros ciudadanos otra casi ceguera ética: es la ignorancia de la ecología de la acción; ésta recordémoslo, enseña que toda acción humana, desde el momento en que se emprende, escapa a su iniciador y entra en un juego de interacciones múltiples que la desvían de su fin y en ocasiones le dan un destino contrario a su intención; esto es verdadero en general para las acciones políticas, esto es verdadero también para las acciones científicas”. Morin (2006, p. 82).
Tenemos que considerar el aspecto moral tanto en la producción científica como en la administración de los bienes.
Se hace necesaria una ciencia que unifique, que integre lo que el mundo social y natural son. Se convierte en urgente la transdisciplinariedad en el conocimiento científico; tenemos ya una nueva epistemología originada por el mismo desarrollo de la ciencia y por los males que con la misma hemos creado, que nos hacen analizar lo andado y pensar cada día más en esta integración del conocimiento.

“El pensamiento que compartimos, separa, aísla, permite a los especialistas y expertos ser muy efectivos en sus compartimientos y cooperar en sectores de conocimientos no complejos, especialmente en los que conciernen al funcionamiento de las máquinas artificiales; pero la lógica que obedecen extiende sobre la sociedad y las relaciones humanas las coacciones y los mecanismos inhumanos de la máquina artificial, y su visión determinista, mecanicista, cuantitativa y formalista, ignora, oculta o disuelve todo lo objetivo, afectivo, libre, creador. Morin (2005, p. 191).
Según nos dice Morin nos hace falta, nos urge el trabajo integrador, el trabajo unificador de la vida social y de la vida de la naturaleza; se impone, se hace necesario crear una Tierra que sea la patria común.
Podemos concluir con Morin:
“Se necesita un pensamiento que reúna lo que está desglosado y compartimentado, que respete el todo diverso reconociendo el uno, que intente discernir las interdependencias; un pensamiento radical (que va a la raíz de los problemas); un pensamiento multidimensional; un pensamiento organizador o sistémico…”. Morin (2005. p. 200)

Conclusión.

El siglo XX fue tiempo de desarrollos científicos y tecnológicos creados en base a los ideales de simplificación y separación; tiempo de acumulación de conocimientos y de crecimiento de los conflictos entre países, por el desarrollo del capitalismo, primero mercantilista y después financiero, llegando al final del mismo a la sociedad globalizada.
Esta sociedad globalizada se caracteriza por la producción de bienes y servicios en red, por lo que necesita de una ciencia aplicada que contribuya con la producción de tecnología.
La ciencia cuyo objetivo principal era el conocimiento pasó a ser ciencia para el poder de las naciones, por el poder económico y político que proporciona el desarrollo de la tecnología en una sociedad global.
El único objetivo del mundo occidental parece ser la producción de bienes, por lo que los países que quedaron al frente de la economía, después de la Segunda Guerra Mundial, invierten cantidades extraordinarias en investigación básica y aplicada porque les permitirá desarrollar tecnología que los mantendrá como potencias, tal es el caso de Alemania, EEUU, Francia e Inglaterra.

Hemos visto la forma en que se desarrolló el pensamiento científico en la Ciencia Moderna: con una construcción lineal, con sentido de verdad como consecuencia de la medición, con una división marcada entre el objeto, el sujeto y la realidad del conocimiento.
La propuesta de la Ilustración según la cual el desarrollo del pensamiento científico daría origen al bienestar de los seres humanos, no se ha cumplido. Vivimos formando parte de una sociedad con grandes desafíos por todos los conflictos hacia cualquier lado que se quiera mirar: las relaciones entre naciones, entre los seres humanos, la situación económica mundial, la producción de bienes, el reparto de esos bienes, la producción de armas, hasta llegar a la forma en que nos comportamos con el medio donde vivimos: nuestra Patria común, el Planeta Tierra.
Estamos siendo testigos de una nueva visión para la organización del conocimiento científico, al considerarse la estructura de la realidad de forma multidimensional.
La realidad que explica la Ciencia Moderna supone que la misma es copia de los objetos; en la actualidad pensadores como Morin, sostienen que la ciencia es una red de elementos integrados.
Analizamos lo que hace la Filosofía desde varias cunas de sus muchos nacimientos: Grecia y América Latina, porque la Filosofía cuestiona. La Filosofía se cuestiona qué ocurre en el quehacer científico, con lo que se piensa que es la realidad, qué es el hombre, cuáles son las consecuencias de sus acciones, cuando siguiendo a Maturana debe construir el mundo con el otro.
En el análisis que presentamos están las voces que sostienen que hay que cambiar elementos del paradigma de la Ciencia Moderna: el experimento, el sujeto, el objeto, la realidad, la verdad, por conceptos diferentes y prácticas científicas que integren lo multidimensional del nuevo pensamiento sistémico, del pensamiento de red de redes.
El hombre comienza a comprender que no está por encima de la naturaleza, según el pensamiento Ilustrado; está aprendiendo que es parte de ella, que es parte del todo de relaciones existentes y que tiene que integrarse como parte de ese todo.
Ante todo lo expuesto es justificable la necesidad de construir un pensamiento científico en un marco de transdisciplinariedad.
Para crear la transdisciplinariedad tenemos que construir una ciencia que implique establecer interrelación de lo que se quiera explicar; admitir la emergencia como el cambio desde las propias redes y aceptar la inestabilidad como elemento constitutivo de lo que se explica o estudia.
Como método implica aceptar la relación objeto-sujeto en la explicación del conocimiento, una nueva actitud hacia el mundo social, la naturaleza y el conocimiento como cosmovisión, comprender que somos parte del mundo social y natural.
Se hace conveniente aceptar los elementos de otras posiciones, un método complejo, para que no caigamos en una posición reduccionista.
En este momento de la economía globalizada y de la mundialización de los valores es conveniente integrar una propuesta, como método, para ver al mundo de forma dialógica y holográmica, en donde la red actual irá cambiando al ingresar nuevos elementos.
Comprender la complejidad en cuanto desafío es darnos cuenta que el conocimiento es para vivir en una sociedad planetaria, que la educación debe ser para vivir en ese mundo, en donde la Tierra deje de ser el objeto a explotar y se convierta en el hogar para todos, y en donde los seres humanos comprendan, que la vida debe tener calidad para todos.
Es necesario trabajar por la transdisciplinariedad para entender, para comprender, que la felicidad constituye la vida en la Tierra, como nuestra patria y para la integración de todos como seres de esa Patria común.
Tenemos que “…darnos cuenta de que sólo tenemos el mundo que creamos con el otro, y que sólo el amor nos permite crear un mundo en común con él”. Maturana y Varela (2003, p. 164).

REFERENCIA

1 El premio Nobel de Química de 1977, profesor doctor Ilya Prigogine precursor de la teoría del caos, nace el 25 de Enero de 1917 y muere el 28 de mayo de 2003, a la edad de 86 años en Bruselas, ciudad donde residía. Gran filósofo humanista, sus conclusiones nos ayudan a comprender por qué existimos y por qué los orígenes de la vida no fueron coincidencia. Sus libros, traducidos a muchos idiomas, abarcan desde el estudio de la termodinámica hasta la conexión entre ciencia y humanismo.


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